En La Rioja Baja, por las tierras de la pera de Rincón de Soto

  • Estas peras se caracterizan por ser más dulces y sabrosas que otras.
  • En la Reserva Natural de los Sotos del Ebro encontramos los bosques de ribera mejor conservados de todo el Ebro.
  • Las cigüeñas embellecen Alfaro: en las torres de la colegiata de San Miguel anida una de las más abundantes colonias de toda España.
La estampa natural de la Colegiata de San Miguel de Alfaro.
La estampa natural de la Colegiata de San Miguel de Alfaro.
Lariojaturismo.com
La estampa natural de la Colegiata de San Miguel de Alfaro.

La huerta de La Rioja Baja es una de las más sobresalientes de toda la región. En estas fértiles tierras cercanas al Ebro, entre las localidades de Calahorra y Alfaro,  todos los cultivos son excepcionales. Entre ellos los de las peras Rincón de Soto, con Denominación de Origen Protegida (D.O.P.).

Estas peras se caracterizan por ser más dulces y sabrosas que otras de su mismo estado de maduración. Su piel tiene un tono más verdoso y suave. La pulpa es fundente al paladar y su corazón no tiene granitos.

El emplazamiento del cultivo del peral en las terrazas bajas de los ríos Ebro, Cidacos y Alhama es ideal para el correcto desarrollo de estas peras de calidad excepcional, al ser zonas llanas, bien ventiladas, profundas, húmedas, permeables y sin presencia de caliza.

En Rincón de Soto se festeja la primera semana de agosto a la Virgen de Carravieso. Durante estas celebraciones, la localidad disfruta de encierros, desfile de carrozas y degustaciones de productos típicos  de la zona. San Bartolomé, patrón de Aldeanueva de  Ebro, se celebra del 23 al 29 de agosto.

Cerca, en Alfaro, queda la Reserva Natural de los Sotos del Ebro, donde encontramos los bosques de ribera mejor conservados del Ebro. Es posible recorrerla para conocer de cerca sus virtudes ecológicas en cualquier estación del año, gracias al  programa de visitas temáticas guiadas.

Alfaro tiene más de 3.000 años de historia desde sus primeros pobladores, los celtíberos, hasta la actualidad, pasando por las épocas romana, visigótica y árabe. La primera señal de vida que veremos será una cigüeña. Junto a las peras y el vino, es su seña de identidad más reconocible.

Las cigüeñas también embellecen la colegiata de San Miguel –obra maestra del barroco–. En el exterior se alzan dos torres de más de 50 metros que albergan a una de las más abundantes y vistosas colonias de cigüeñas de toda España.

Además de las peras, en La Rioja Baja destacan por su calidad las legumbres de todo tipo. Y el vino, claro, una referencia obligada en la gastronomía de la zona. Por las características del terreno, los caldos producidos en esta parte de la Denominación de Origen de Calidad tienen personalidad y gusto propios.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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